Dear Substance of Kin
Deconstructeam, 2019
Un viajero asoma por el costado de un pueblo. Camina lento, arrastrando los pies en una calma inmortal y cargando con un caldero. Dicen que es capaz de cumplir cualquier deseo y que para llamarle hay que colgar una tela ensangrentada en la entrada de casa, esperar a que toque tres veces a la puerta y confesarle tu ruego. Si le cuentas la verdad y confiesas ante los demás tu verdadero anhelo puede que acepte, pero hay que pagar un alto precio. Al calderero no se le puede pagar en oro ni especias, sino con una sustancia hecha de vísceras, sacrificios y pedazos de seres queridos. «Abandona la carne, abandona el nervio. Ahora eres mi magia. Ya no seguirás pecando».