Regina López Muñoz

Regina López Muñoz

Regina López Muñoz no tiene coche ni hipoteca. Lo único que posee a su nombre son los casi ciento cincuenta libros que lleva traducidos desde que empezó a ejercer el oficio, en 2011, tras estudiar la carrera y un máster gracias al sistema público de becas. Desde casa o desde las residencias para artistas que tienen a bien patrocinarla —¡dinerillo extra!—, traslada al castellano autoras de lengua francesa, inglesa, italiana y portuguesa, entre las que se cuentan Edna O’Brien, Éric Vuillard, Mary Karr, Jérôme Ferrari, Margaret Drabble, Charlotte Delbo, Maria Judite de Carvalho o David Foenkinos. Le encanta su trabajo, pero si le tocara la lotería o contra todo pronóstico heredara un capitalito iba a traducir el Tato.